El 21 de diciembre de 2023, exactamente once años después de que el calendario maya predijera el final de un gran ciclo, degewo decide evitar su propio apocalipsis... Proclamación de su Declaración de Derechos Humanos. En un acto de fatídica ironía, elige una fecha que en su día coqueteó con el fin de todos los días para escenificar un nuevo comienzo en materia de derechos humanos. Un momento paradójico en el que degewo intenta salir de las sombras de sus escándalos relacionados con el amianto y reinventarse como defensor de los derechos humanos.
La publicación de un documento sobre derechos humanos por parte de degewo, cuando la empresa lleva décadas en el mercado Inquilinos expuestos deliberadamente a los riesgos del amianto y no facilitó información suficiente sobre estos riesgos plantea serias dudas sobre la autenticidad e integridad de su compromiso con los derechos humanos. Esta situación ofrece un caso sorprendente para analizar la discrepancia entre el compromiso público y las prácticas empresariales reales. Este tipo de prácticas parecen ser habituales en degewo. Predicar con el agua, beber con el vino.
Examen crítico de la obligación de respetar los derechos humanos
El compromiso de Degewo con los derechos humanos y sus detallados procesos y directrices para cumplir estos compromisos suenan convincentes sobre el papel. El énfasis en la responsabilidad, la gestión de riesgos y los mecanismos de reclamación refleja una conciencia de la importancia de los derechos humanos. Sin embargo, la supuesta práctica de no divulgación y la falta de aceptación de responsabilidad en los pisos contaminados con amianto contrastan fuertemente con los valores proclamados.
Enorme falta de credibilidad
Tal discrepancia entre los principios de derechos humanos proclamados y el comportamiento real revela una importante falta de credibilidad. Están en juego derechos humanos fundamentales, como el derecho a la salud y a la integridad física. Las quejas y experiencias de los inquilinos que denuncian haberse enfrentado a la cuestión del amianto sin información ni apoyo adecuados hacen que la credibilidad de los compromisos de degewo en materia de derechos humanos se desvanezca.
Responsabilidad y transparencia
Un auténtico compromiso con los derechos humanos requiere algo más que la mera formulación de principios y procesos; exige una actuación transparente, la aceptación de responsabilidades en caso de errores y medidas proactivas para proteger a los afectados. El hecho de que degewo eluda su responsabilidad y no se tome en serio las preocupaciones de los inquilinos afectados es contrario a los principios básicos de la responsabilidad en materia de derechos humanos. Además, el comportamiento de degewo de adoptar medidas de protección para las personas responsables y representar así indirectamente una actitud que la hace aparecer como una organización que da prioridad a la protección de los autores en lugar de las víctimas pone de manifiesto la preocupante discrepancia entre la declaración y la acción. El hecho de que tal postura no suscite ninguna preocupación evidente en el Consejo de Supervisión de degewo plantea más dudas sobre la priorización interna y el compromiso con los derechos humanos.
Gestión de reclamaciones
Aunque el documento hace hincapié en la gestión exhaustiva de las reclamaciones como parte de su estrategia de derechos humanos, los informes de los abogados que tramitan las reclamaciones de los inquilinos del amianto afectados y agraviados plantean dudas sobre la eficacia y accesibilidad de estos mecanismos. Un sistema de gestión de denuncias que funcione debería dar voz a los afectados y propiciar un cambio real, en lugar de rechazarlos o intimidarlos.
En general
A pesar de las pruebas que demuestran un patrón perjudicial de indiferencia y peligro para la salud de los inquilinos en degewo, figuras clave de la empresa siguen actuando sin impedimentos. Frank Bielka, antiguo secretario de Estado y figura central de degewo, que contribuyó a que no se informara a los inquilinos sobre los riesgos del amianto, no se enfrenta a ninguna consecuencia. Lo mismo puede decirse de Sandra Wehrmann, miembro del Consejo de Administración, que insiste en la prioridad de la salud de los inquilinos en las reformas, mientras que en la práctica se abusaba de los inquilinos para retirar amianto involuntariamente.
Las declaraciones de Sabrina Gohlisch, de Comunicación Corporativa, que restó importancia al peligro de que los materiales (intactos🙄, de 40 años de antigüedad) contengan amianto, también son indicativas de la actitud de la empresa.
Nadie quiere domar al monstruo degewo
Mientras tanto, la respuesta a las quejas y consejos urgentes de los inquilinos, como los enviados al Dr. Rainer Frank (degewo Defensor del Pueblo) siguen sin respuesta. Esta cultura de mirar hacia otro lado y minimizar los graves riesgos para la salud se ve facilitada además por la inacción de los organismos jurídicos y de control interno de las empresas.
Esta realidad, en la que los responsables del degewo permanecen sin consecuencias legales a pesar de los evidentes abusos y peligros para la salud de los inquilinos, revela una preocupante discrepancia entre las promesas públicas de seguridad y equidad y la práctica real en el trato con los afectados.
A esto se añade la preocupante falta de acción por parte de Fiscal superior Stefan HeisigEl tribunal ha archivado la investigación contra los responsables de Degewo alegando que no es de interés público investigar la ocultación deliberada por parte de Degewo del peligro del amianto a miles de inquilinos durante varias décadas. Esta decisión no hace sino reforzar la brecha existente entre la responsabilidad legal y la urgente necesidad de proteger los derechos y el bienestar de los inquilinos.
Conclusión
La credibilidad de una empresa con respecto a sus obligaciones en materia de derechos humanos no puede evaluarse únicamente mediante la publicación de directrices y principios. Más bien debe medirse en función de las prácticas reales, la respuesta a las críticas y la voluntad de asumir responsabilidades. Para empresas como degewo, es crucial que cumplan su compromiso con los derechos humanos no sólo con palabras, sino también con hechos. Esto significa comunicar con transparencia, actuar de forma proactiva para minimizar los riesgos y admitir abiertamente los errores y tomar medidas para rectificarlos. Sin estas medidas, cualquier afirmación de compromiso con los derechos humanos sigue siendo teórica.

¡Menuda tomadura de pelo! DEGEWO, que ha pisoteado los derechos humanos de miles de inquilinos, ¿está comprometida con los derechos humanos? Menuda sarta de estupideces. Ahora probablemente veremos a los pirómanos declarando su compromiso con la seguridad contra incendios. Y seguro que después vendrán los pedófilos (verdes) que quieren "mejorar" nuestras leyes de protección de la infancia.
Hace que se te corte la respiración... pero todos lo hemos visto antes. La OMS, que tanto se preocupa por nuestra salud, en el fondo sólo la perjudica; los políticos, que tanto se preocupan por la libertad y los derechos de los ciudadanos, los coartan con frases eufónicas y los acosan durante años con normativas y violencia policial ordenada; y ahora Degewo, que deja vivir a sus inquilinos en pisos contaminados con amianto, también filosofa... ¡sobre los derechos humanos! Buenas noches, Alemania.